Este relato cuenta la historia de un club gastronómico y cultural que se convierte poco a poco en una sociedad cuasi secreta: el club de los cinco. Este club, con sede en el centro de Madrid, y cuyas reglas no escritas contienen la estricta confidencialidad de sus actividades, se dedica a investigar los casos complejos de un abogado matrimonialista y de un detective privado de larga trayectoria profesional. Menos mal que los otros miembros del club: una médica genetista y forense, un empresario con tanto dinero y tiempo sobrante que no sabe en qué gastar ambos, y un trotamundos con gran experiencia vital e hijas de varias madres les prestan ayuda teórica, sentimental y desde luego práctica. Entre las bambalinas del reducido club, un joven hacker excelente con varias carreras científicas inconclusas, les asesora, mostrándoles la fragilidad actual de la privacidad.

En esta primera entrega de la saga, la principal tarea de tan insólito club es descubrir dónde está un niño y porqué que desaparece de un colegio de élite. La policía con desprecio cataloga la desaparición de secuestro parental, pero no lo resuelve. Puede ser que no, o que sí, ya se verá. Un inesperado actor, tan conspicuo como inspirado presta una ayuda inigualable para resolver el dilema, y por eso se le nombra medio miembro del club.

El relato, de cierta morosidad, está trenzado con un lenguaje literario y contiene dosis de suspense de ironía a partes iguales y distintas, es un decir.