• Cotidianamente extraño
Como cualquier matrimonio normal, un sábado cualquiera, los dos salieron a la calle cogidos del brazo y se pusieron a pasear mirando tiendas y disfrutando del buen clima. De vez en cuando se encontraban a algún conocido y le saludaban educadamente, e incluso en algún caso se paraban a charlar unos instantes.

?¿Qué tal, cómo estamos?- les preguntó una vecina que vivía en el edificio de enfrente y tenía fama de ser bastante chismosa.
?Pues muy bien, ya ve- le contestó ella mostrando su mejor sonrisa.
?Su marido tiene muy buen aspecto hoy - siguió la vecina, al acecho.
?Sí, pero tiene una pequeña irritación en la garganta y no puede hablar. Usted le disculpará. Bueno, hasta luego - se despidió ella, sin dejarle a la vecina opción a seguir la conversación.

Luego, continuaron con su paseo hasta que llegaron al parque en el que había un gran lago. Allí se sentaron en un banco y gozaron del soleado día durante un buen rato. Ella decidió acercarse un poco a la orilla del lago para observar más de cerca a los cisnes que nadaban libremente y él, como siempre, la siguió agarrado de su brazo y sin rechistar.

Al acercarse la hora de comer ella se paró y le dijo:

?No sé tú, pero yo tengo mucha hambre, así que creo que lo mejor es que comamos ya - y diciendo esto se dirigió, con él cogido del brazo, a un restaurante típico que había allí cerca, donde ella comió copiosamente mientras él la observaba en silencio, sin probar bocado.
?Vamos cariño, aunque no te encuentres bien deberías comer algo- le reprochó ella, aunque parecía evidente que él no tenía apetito.

Después de comer, pasearon un rato para que les diera el aire y después ella le preguntó a él:

?¿Qué te parecería si vamos al cine?
Y al ver que él no contestaba, continuó:
?Aunque no puedas hablar debido a tu garganta, por tu expresión ya sé que mi idea te ha encantado.

La película que vieron era romántica, y en varios momentos de la proyección, ella, que había pasado el brazo derecho de él alrededor de sus hombros, le apretó la mano en signo de cariño ante una escena especialmente dulce.

Cuando salieron del cine ya era bastante tarde y se había hecho completamente de noche, así que ella le propuso a él que se fueran a casa, y con que a él no se le ocurrió nada mejor, eso fue lo que hicieron.

Después de una ligera cena ella le dijo a él que estaba muy cansada y que ya era hora de irse a dormir.

Una vez en el dormitorio, ella empezó a quitarle la ropa y, cuando lo hubo desnudado por completo, le retiró el pequeño tapón que tenía detrás de la oreja derecha y su marido se deshinchó lentamente hasta quedar como una fina sábana. Lo dobló con sumo cuidado y lo guardó en el armario al mismo tiempo que le decía:

?Buenas noches, cariño. Hasta mañana.


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Cotidianamente extraño

  • Autor:
    Sergi Echamburu Soler

  • Código del producto: 5829
  • Categoría: Ficción y temas afines, Ficción: general y literaria
  • Temática: Ficción moderna y contemporánea: general y literaria
  • ISBN:
  • Tamaño: 140 x 210 mm
  • Páginas: 232
  • Idioma: Español / Castellano
  • Interior: B&N (Estándar)