Manuel Ramos nació en Barcelona en la época de la posguerra, que fue convulsa, delirante, castigada por el franquismo, vi gilada por la policía del régimen y auspiciada por la Iglesia Católica, que siempre se benefició del franquismo y de su caudi llo el General Franco, al que paseó en las grandes solemnidades eclesiales bajo palio, como si se tratara de una hostia consagrada.
Quienes lucharon en esta guerra fraticida contra los nacionales vencedores, recibieron persecución, encarcelamientos, deportaciones, éxodos más allá de las fronteras, con todo lo que supone de sufrimientos habidos y por haber. Vivió la represión de los vencedores. Ya se sabe que del árbol caído todo el mundo hace leña, con o sin razón.
La pérdida de su padre, desaparecido en la guerra, le supuso un verdadero trauma, que a su edad de jubilado, todavía hoy, no ha podido olvidar. Hay cicatrices que marcan y para siempre.
Todo hay que decirlo, en aras de la verdad, fue a parar a la Obra de Menores en Valencia, donde pasó su niñez después de morir su madre.
Allí fue donde aprendió, como él dice, las cuatro reglas, y un oficio (que no le gustaba), pero que le permitió, durante un tiempo, ganarse el pan. En ese internado pasó los rigores de la posguerra, con sus carencias, a causa de la escasez de alimentos por una parte, y por otra, la falta de cariño que se genera cuando se vive dentro de la masificación de un internado. Un internado es lo más parecido a una jaula de oro, donde se come, se vive y se aprende, pero donde falta la iniciativa, el hogar propio, el cariño, y la libertad.
Quienes lucharon en esta guerra fraticida contra los nacionales vencedores, recibieron persecución, encarcelamientos, deportaciones, éxodos más allá de las fronteras, con todo lo que supone de sufrimientos habidos y por haber. Vivió la represión de los vencedores. Ya se sabe que del árbol caído todo el mundo hace leña, con o sin razón.
La pérdida de su padre, desaparecido en la guerra, le supuso un verdadero trauma, que a su edad de jubilado, todavía hoy, no ha podido olvidar. Hay cicatrices que marcan y para siempre.
Todo hay que decirlo, en aras de la verdad, fue a parar a la Obra de Menores en Valencia, donde pasó su niñez después de morir su madre.
Allí fue donde aprendió, como él dice, las cuatro reglas, y un oficio (que no le gustaba), pero que le permitió, durante un tiempo, ganarse el pan. En ese internado pasó los rigores de la posguerra, con sus carencias, a causa de la escasez de alimentos por una parte, y por otra, la falta de cariño que se genera cuando se vive dentro de la masificación de un internado. Un internado es lo más parecido a una jaula de oro, donde se come, se vive y se aprende, pero donde falta la iniciativa, el hogar propio, el cariño, y la libertad.
2ª Parte Historia de mi Vida
Con Sueños Soñados
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Autor:
Manuel Ramos Babiloni
- Código del producto: 2993
- Categoría: Biografías, literatura y estudios literarios, Biografías y prosa de no ficción
- Temática: Memorias
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ISBN:
- 9788498869408 - Papel Cómpralo aquí
- 9788499836683 - PDF Cómpralo aquí
- Tamaño: 140 x 210 mm
- Páginas: 212
- Idioma: Español / Castellano
- Interior: B&N (Estándar)