El arte que se desarrolla hoy, se conduce a través de estrategias cada vez más sofisticadas y complejas, pero no en todos los casos, resulta inteligible para quien lo percibe. Esto propicia una dificultad en el público de asimilar la obra a la hora de enfrentarse a ella, ya que los códigos por los que se tienen tradicional referencia cambian. Hoy en día, entrado el siglo XXI, el arte se ramifica e integra con multitud de disciplinas; investigación, historia, docencia, arquitectura, ciencias y tecnologías, instalaciones, esculturas, diseño, pintura, multimedia, net-art, etc...
Los términos de pintura, escultura, fotografía, video, instalación, se confunden a menudo solapándose sus límites.
Este hecho es importante y premonitorio, en vista a una concepción contemporánea sobre el arte y el siglo en el que vivimos, la globalización y completa dependencia de las partes que conforman la totalidad. Como mención a este hecho podría tomarse como ejemplo el colectivo Dumb Type 1, integrado por varios miembros de diferentes campos de conocimiento, con una interdisciplinaridad en sus trabajos considerable. Enunciar su actuación en la Bienal de Valencia (2001), "Las Noches del Bien y el Mal", actuación espectacular con desarrollo en las nuevas tecnologías. O también las actuaciones del artista japonés Fujiko Nakaya, creando un juego de luces y sombras, imágenes electrónicas, proyecciones en pantallas de agua vaporizada y esculturas de niebla. El tratamiento del espacio como lugar de actuación e interacción con el público se hace patente, integrándose en la obra en sí.
Metafóricamente internet es un ejemplo claro, una red de redes que pone a disposición de cualquier usuario, todo tipo de información. El usuario se convierte en un director que selecciona y perfila su interés, entre el "maremagno" de datos de la red. La información existe en función de quien la selecciona. El arte existe por su obra en función de quien lo percibe. Pero cuando nos enfrentamos a un campo perceptual nuevo, lo rechazamos a primera instancia, porque nos exige actos de adaptación, y pone en tela de juicio la estabilidad perceptual.
En la línea de la estética subjetiva ya esbozada por Kant, el disfrute de lo sensible sólo puede trascender la subjetividad mediante la intersubjetividad, adquiriendo así una dimensión pública, pasando de la fragmentariedad de la conciencia estética a la catarsis, de carácter eminentemente colectivo y ético 2 . Y sólo un conocimiento colectivo puede generar una acción colectiva. Por el otro lado, las posiciones que interpretan el arte como revelación de algo nuevo, derivan en un escepticismo a causa de la imposibilidad de la definición del objeto de su conocimiento. Lo nuevo aparece como silencio 3.
El arte es concebido a la manera "Arnheiniana", como pensamiento visual, como reflexión que se lleva a cabo con elementos distintos a los de la lógica verbal. Cerca de la matemática, pero de una matemática materializada en formas, encarnada en espacio. Para concebir el arte actual es necesario reprogramarse, introducir nuevos datos, relacionados con las nuevas formas de representación. El arte despierta cuando se percibe y se procesa en la mente del público, si esto no ocurre simplemente duerme y no se manifiesta, o lo que sería lo mismo no es considerado. Es propio del arte descubrir lo que en lo real no estaba descubierto, y ello tanto en el aspecto cognoscitivo como en el de la apariencia, ya son inseparables, un estado de vanguardia permanente del arte.
Los términos de pintura, escultura, fotografía, video, instalación, se confunden a menudo solapándose sus límites.
Este hecho es importante y premonitorio, en vista a una concepción contemporánea sobre el arte y el siglo en el que vivimos, la globalización y completa dependencia de las partes que conforman la totalidad. Como mención a este hecho podría tomarse como ejemplo el colectivo Dumb Type 1, integrado por varios miembros de diferentes campos de conocimiento, con una interdisciplinaridad en sus trabajos considerable. Enunciar su actuación en la Bienal de Valencia (2001), "Las Noches del Bien y el Mal", actuación espectacular con desarrollo en las nuevas tecnologías. O también las actuaciones del artista japonés Fujiko Nakaya, creando un juego de luces y sombras, imágenes electrónicas, proyecciones en pantallas de agua vaporizada y esculturas de niebla. El tratamiento del espacio como lugar de actuación e interacción con el público se hace patente, integrándose en la obra en sí.
Metafóricamente internet es un ejemplo claro, una red de redes que pone a disposición de cualquier usuario, todo tipo de información. El usuario se convierte en un director que selecciona y perfila su interés, entre el "maremagno" de datos de la red. La información existe en función de quien la selecciona. El arte existe por su obra en función de quien lo percibe. Pero cuando nos enfrentamos a un campo perceptual nuevo, lo rechazamos a primera instancia, porque nos exige actos de adaptación, y pone en tela de juicio la estabilidad perceptual.
En la línea de la estética subjetiva ya esbozada por Kant, el disfrute de lo sensible sólo puede trascender la subjetividad mediante la intersubjetividad, adquiriendo así una dimensión pública, pasando de la fragmentariedad de la conciencia estética a la catarsis, de carácter eminentemente colectivo y ético 2 . Y sólo un conocimiento colectivo puede generar una acción colectiva. Por el otro lado, las posiciones que interpretan el arte como revelación de algo nuevo, derivan en un escepticismo a causa de la imposibilidad de la definición del objeto de su conocimiento. Lo nuevo aparece como silencio 3.
El arte es concebido a la manera "Arnheiniana", como pensamiento visual, como reflexión que se lleva a cabo con elementos distintos a los de la lógica verbal. Cerca de la matemática, pero de una matemática materializada en formas, encarnada en espacio. Para concebir el arte actual es necesario reprogramarse, introducir nuevos datos, relacionados con las nuevas formas de representación. El arte despierta cuando se percibe y se procesa en la mente del público, si esto no ocurre simplemente duerme y no se manifiesta, o lo que sería lo mismo no es considerado. Es propio del arte descubrir lo que en lo real no estaba descubierto, y ello tanto en el aspecto cognoscitivo como en el de la apariencia, ya son inseparables, un estado de vanguardia permanente del arte.
Algunas cuestiones sobre la experiencia artística
La obra y el espectador
-
Autor:
Gerardo Robles Reinaldos
- Código del producto: 1594
- Colección: Las artes
- Categoría: Artes, Arquitectura, Artes: aspectos generales
- Temática: Teoría del arte, Arquitectura: ejercicio profesional
-
ISBN:
- 9788490111192 - PDF Cómpralo aquí
- 9788490112847 - ePub Cómpralo aquí
- Idioma: Español / Castellano